Volviendo a casa

Llego volando en Dragonite

Victini: que hacemos aquí?
Matt: vengo a buscar a un Carracosta y un Blissey...
Victini: para que?
Matt: estoy buscando un equipo equilibrado para el combate, ademas objetos que tengo en mente
Victini: nosotros no somos un equipo equilibrado ._.?
Matt: haces muchas preguntas... Cada uno de ustedes es poderoso, mas de lo que parece, pero su conjunto no es tan equilibrado
Victini: .. Y donde encontrarás a esos pokemos?
Matt: eso veremos... Hay mucha variedad en este bosque

Comenzamos a caminar

Sigues caminando por una especie de sendero en el bosque, de camino oyes unos ruidos entre los árboles, pero no le tomas mucha importancia.

Continuas tu camino, hasta ver una señora de avanzada edad junto a una niñita que jugaba con una muñeca, posiblemente su nieta, al parecer, estaban rindiento respeto a una especie de pequeño santuario.

Esperé a que terminaran para no interrumpirlas. Despues de que terminaron, respetuosamente, me les acerqué y pregunte

Matt: Hola, disculpen, sabrían en donde podría conseguir algún Blissey o un Carracosta? Es que llevo mucho tiempo sin venir al Bosque y muchas cosas han cambiado...

Dije esperando una respuesta

La señora parece no darse cuenta de tu presencia mientras rezaba de rodillas frente al altar, pero la niña, al solo estar jugando, te ve y te saluda tímidamente.

La mujer, al terminar de rezar, se incorpora y agarra un bastón que estaba en el suelo, para luego voltearse en tu dirección.

-Buenos días joven, ¿Un Carracosta? nunca he oído hablar de él... veamos, ¿Un Blissey? no lo sé... el otro día creía haber visto uno, pero era Clara, una amiga mía, vaya, hacía tiempo que no la veía...

La señora sigue hablando y hablando... mientras, te invade lentamente una sensación de cansancio y aburrimiento... del que despiertas después de oir un grito de la niña.

-¿Qué pasa Anita?

La niña continuó sollozando mientras intentaba hablar, era apenas entendible, pero lograste sacar de ahi las palabras "Mi muñeca", y te diste cuenta de que la muñeca había desaparecido. Ella señalaba unos arbustos, en los que lograste ver algo de movimiento.

-Oh, joven, ¿podrías traer la muñeca de mi nieta? mientras esté así no se querrá mover, y no puedo dejarla sola para ir a buscarla...-Te pidió la señora.

Mientras la señora se profundizó en la conversación, pensaba en que iba a cenar el jueves. El grito de la niña me despertó de mi transe. La señora a a continuación me pide que busque la muñeca que la niña perdió en unos arbustos, no llevaba apuro, así que acepte la misión.

Matt: claro!

Me dirijo hacia los arbustos y comienzo a buscar, con cuidado ya que algo se había movido en el lugar

Mientras buscabas en los arbustos, un rápido pokémon de color púrpura salía de estos, al fijarte mejor, veías que era un Aipom, con algo extraño en su cola... una especie de muñeca. El Aipom se ríe de ti, te saca la lengua y se va saltando de árbol en árbol mientras ríe.

Matt: ....

Me controlo ya que recuerdo que esa es la naturaleza típica de los Aipom: burlona. Comienzo a correr intenta no perder de vista al Aipom, pero se me ocurre algo y saco a Zoroark

Matt: persigue a ese Aipom por los árboles
Zororark: si maestro...

Zoroark a gran velocidad comienza a saltar de rama en rama, mientras que yo sigo corriendo

El Aipom, al ver de cerca a Zoroark, intenta ir más rápido, pero es inútil cargando la muñeca, la suelta y huye rápidamente entre los árboles.

Zoroark se precipita a agarrar la muñeca antes de que esta cayera, no lo logra, pero yo la atajo.

Matt: bueno, misión cumplida...

Zoroark vuelve sin decir nada y lo devuelvo a su ball. Me dirijo tranquilamente hacia donde se encontraba la Anciana

La anciana te mira agradecida, toma la muñeca y se la da a su nieta, quien para de llorar y la abraza.

-Gracias joven... nos fuiste de ayuda, pero creo que nosotras no podremos serlo... bueno, Anita, ¿qué se le dice a las personas cuando hacen algo bueno por ti?

-¡G-Gracias señor!

-No sé donde podrías encontrar los Pokémon que busca... pero... es posible... hay una leyenda sobre un ermitaño que vive en la montaña del norte, y que está en total sintonía con todo el bosque... pero solo es una leyenda, yo vengo a este santuario todos los días, y nunca lo he visto... pero seguro que usted es bastante fuerte, e ir a la montaña no le costará nada. Eso es todo, se hace tarde y debemos irnos, buena suerte joven.

Se va junto a su nieta por un sendero.